Los hombres retrasan hasta un año la visita al urólogo para solucionar la disfunción eréctil

Pese a la mayor información disponible, y pese a que en la actualidad existen más opciones de tratamiento contra la disfunción eréctil —conocida popularmente como impotencia— sigue siendo un tema tabú para los hombres. Esta cuestión puede suponer un retraso a la visita del urólogo de hasta 2 años.

La disfunción eréctil o impotencia se descubre, en numerosas ocasiones, de forma tangencial: por un comentario, por el relato de otros síntomas asociados, por la exposición abierta del tema por parte de la pareja que acompaña al paciente.

En la actualidad, 2,5 millones de españoles tienen disfunción eréctil y sólo un 12% se trata.

La vergüenza, la culpabilidad y cierto componente cultural, están detrás de este retraso a la hora de consultar el problema. A diferencia de las mujeres, los hombres relacionamos actividad sexual con erección, y cuando esto no ocurre nos sentimos fracasados.

Por ello, en algunos casos, y fundamentalmente en personas jóvenes, la disfunción puede sobrevenir tras un episodio sexual considerado como fallido. Cuando detectamos que el origen de la impotencia puede ser psicológico es necesario iniciar terapias de apoyo psicológico y emocional para revertir el problema.

Además, la falsa creencia popular de que es algo normal con la edad, también es una afirmación muy repetida en consulta. Pero no por el hecho de cumplir años tenemos que asumir que tendremos impotencia. Existen factores de riesgo asociados que hay que analizar y tratar.

Un hombre sano y saludable no tiene por qué padecerla.

De hecho, un porcentaje importante de los casos se soluciona únicamente con dieta, ejercicio y eliminación del hábito tabáquico ya que la impotencia puede ser el primer síntoma de un problema más grave, coronario, hormonal o metabólico. Por esto, el primer paso una vez se ha detectado este problema es realizar un estudio profundo de los factores de riesgo, para valorar si detrás de la impotencia hay algo más.

Amplia variedad de tratamientos

En la actualidad, existen numerosas opciones de tratamiento para dar solución al problema de la impotencia.

La primera opción pasa por un tratamiento farmacológico junto con la administración de ondas de choque de baja intensidad que potencia la erección. Esta ondas de choque se administran con la novedosa tecnología Renova.

Se trata de fármacos muy seguros, siempre que se tomen con la supervisión y prescripción médica correspondiente, y siguiendo las pautas establecidas por el especialista. Puede seguir leyendo aquí sobre la tecnología Renova.

La segunda línea de intervención es la aplicación de inyecciones intracavernosas sobre el pene. Una terapia más incómoda, por lo que sólo se aplica en pacientes que no pueden tomar la medicación debido a alguna contraindicación.

Por último, una tercera opción es la prótesis de pene.