Sexo, también con 80 años

Reproducimos aquí la entrevista original del Diario Vasco.

Lo que hace una década era algo excepcional, parece que ya no lo es tanto. Que por ejemplo un hombre de edad provecta acuda a la consulta del especialista para interesarse por los métodos para mejorar su vida sexual.

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La salud determina la actividad sexual. «Influye más cómo te has cuidado que la edad». Se crean nuevas terapias, como las ondas de choque, que ayudan a rehabilitar el pene tras una cirugía.

«Ahora es bastante normal que un hombre de 70 años nos venga comentando directamente que sufre disfunción eréctil. Hace diez años esa consulta era rarísima. Te empezaban a hablar de sus problemas para orinar y al final, en el último minuto, te sacaban el tema de la erección, que es a lo que realmente venían».

Los urólogos IonMadina y Javier Azparren han sido testigos del cambio en la forma en que los guipuzcoanos manejan su vida sexual, una cuestión que ha dejado de ser tabú y se aborda «con mucha más naturalidad » entre las personas mayores.

Porque al igual que el tamaño, la edad tampoco importa. Así lo han constatado varios informes. Ya en 2007, la revista ‘New England Journal of Medicine’ publicó un estudio de la Universidad de Chicago que corrobora que las personas mayores, una vez cumplidos los 70, incluso 80 años, se mantienen sexualmente activas. Según el estudio, el 81% de los hombres y el 51% de las mujeres en buen estado físico aseguraban practicar sexo oral, la masturbación o el coito. En 2009, el Ministerio de Sanidad realizó una encuesta nacional sobre salud y sexualidad, en la que cerca de la mitad de las mujeres y el 70% de los hombres aseguraba haber realizado alguna práctica sexual en los últimos doce meses.

Algunos con 90, a por pastilla. «Sí que tenemos a pacientes de 80 años e incluso alguno de 90 que vienen a por la ‘pastilla’. Es cierto que son los menos, pero existen», dice Azparren. Los que más son los que se sitúan en la horquilla entre los 65 y 75 años.

La salud es el factor que determina la actividad sexual. «Hay que tener en cuenta que el aitona de antes no es el de ahora. Actualmente hay personas de la tercera edad, y algunos de la cuarta, que van en vaqueros y con zapatillas de deporte a la última, hacen deporte, se cuidan… No tiene nada que ver con generaciones anteriores», dice el urólogo.

A mayor bienestar físico, mejores condiciones para mantener la actividad sexual.

En el caso de los varones, la disfunción eréctil se observa como el principal obstáculo. No obstante, los urólogos recuerdan que «sin erección se puede tener un orgasmo. Los hombres pensamos que solo con erección se puede sentir placer, sin embargo, hombres operados de cáncer de próstata y que como secuela sufren esa disfunción continúan teniendo orgasmos, el placer sigue estando igual», explica Azparren.

Pero cada vez más hombres quieren conservar la erección. Según los urólogos, a partir de los 60 años el 60% de los hombres tendrá disfunción eréctil, en mayor o menor grado. Casi más que la edad, «influye cómo te has cuidado, la factura de la vida. La hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad… Todo eso influye y merma la capacidad», explica Madina.

La disfunción eréctil es en ocasiones una especie de chivato, de alarma, que anticipa una cardiopatía isquémica. Por eso no es raro que el urólogo derive al paciente al cardiólogo, lo que no significa, ni mucho, que por tener disfunción eréctil vas a sufrir un infarto. Pero, como dice el refrán, es mejor prevenir que curar.

Y luego están los fármacos y sus efectos secundarios. «Es archiconocido que si tomas un medicamento contra la hipertensión la erección empeora. También influyen los fármacos contra la depresión y otros tipos de medicaciones. Mantener una buena erección va en función de la salud, tanto física como psicológica », añade.

Las intervenciones de cáncer de próstata pueden acarrear una pérdida de la erección. Con la cirugía robótica en menor grado, ya que permite conservar los nervios que intervienen en la erección y que estánmuy pegadas a la próstata. «Quizás no al 100%, pero ese paciente va a recuperar parte de esa erección». Además, actualmente hay novedosos métodos para recuperar la funcionalidad.

De ahí ha surgido un concepto nuevo que maneja Madina, el de la rehabilitación del pene. «Cuando por ejemplo un hombre se somete a una cirugía y se da la disfunción, el pene se va retrayendo, va perdiendo su funcionalidad. Todos los hombres a las noches tenemos erección para que fisiológicamente haya entrada de sangre, la expansión de los cuerpos cavernosos del pene. Por eso hay que hacer esa rehabilitación, para disminuir la rigidez». Se trata de la combinación de distintos tratamientos, algunos muy novedosos, y que se aplican en función de las necesidades de cada paciente. De entrada están los fármacos, las pastillas, como Cialis, Viagra, Levitra, o Sepdra. Las hay de distintos tipos en función de la necesidad del paciente. «Con algunos el efecto dura seis horas, con otros casi 36, con lo cuál podríamos decir que es de fin de semana», explica Azparren.

Aún hay falsas creencias, aseguran los urólogos, sobre estos fármacos, que se han relacionado con el incremento de infartos.

«Estos productos no son estimulantes, no aumentan la libido, el deseo sexual. Hay que aclarar que solo funcionan como consecuencia de que haya estimulación».

Si es preciso, se puede aplicar una terapia de ondas de choque. La máquina es muy novedosa –en Gipuzkoa se estrenó hace tres meses– y consiste «en un aparato de ultrasonidos que se acerca al pene. Es totalmente indoloro», subraya Madina. El tratamiento ambulatorio tiene una duración de 20 minutos, una vez a la semana durante un mes. El objetivo es aumentar la vascularización sanguínea del pene.

Actualmente, también ‘recetan’ bombas de vacío. «Se trata de una especie de vaso en el que se introduce el pene. Provoca el vacío para que se estire, sin necesidad de deseo sexual. De esta forma se busca estirar las fibras elásticas. Durante el tratamiento, solemos recomendar usarlo diariamente durante uno o dos minutos, dependiendo del caso», explican los urólogos, quienes aseguran que la suma de estas tres terapias posibilita «una buena rehabilitación del pene. El 80% de los pacientes van amejorar la erección», aseguran.

En caso de disfunciones severas, y si el paciente no responde a lo anterior, se suelen emplear inyecciones en el pene, que tienen un efecto local y son indoloras. «Funcionan muy bien. Aunque al principio los pacientes se muestran reticentes, lo prueban y ven que es cómodo. En un cuarto de hora suele estar haciendo efecto y provocan una erección inmediata», señala Madina, quien matiza que los hay de distintas dosis «que se va ajustando en función del problema». Es el propio paciente quien se autoinyecta tras ser entrenado por el especialista. Fue el tratamiento que mas se utilizó hasta la comercialización del sildenafilo, popularmente conocido como viagra.

Estos son los tratamientos que los urólogos ofrecen actualmente a sus pacientes, que en la mitad de los casos suelen ir acompañados a consulta por su pareja. «Nos gustaría que fuesen más. Muchas veces cuando acabas piensas, ‘chapeau’ que este matrimonio siga manteniendo relaciones sexuales con más de 70 años y se preocupe de que siga siendo así». Cada vez también ven más a hombres de cierta edad, viudos o separados, que vuelven a encontrar pareja, con la que quieren tener una vida sexual activa.

«Más de la mitad de la gente viene por una cuestión de amor, es gente que quiere mantener relaciones con su pareja y estar bien. En general, no suele ser un tema de sexo puro y duro. A partir de ciertas edades, quieren darle todo a esa mujer con la que tanto han compartido o a su nueva pareja: el amor emocional y el físico. Afortunadamente, el tabú religioso ya no es tan marcado».

«Hay que cuidar la próstata»

El de próstata, uno de los cánceres más comunes entre los hombres, puede derivar en problemas de erección. «Anatómicamente hay una zona muy pegada a la próstata, donde están los nervios de la erección, que dependiendo del caso se pueden conservar o no en la cirugía. Lo que no hacemos es abrir, utilizamos siempre cirugía endoscópica », explican Madina y Azparren. Luego hay otro aspecto, y es que los hombres que orinan mucho o los que sufren dolor o dificultad para hacerlo se puede ver disuadido de cualquier intento sexual. «Por eso hay que cuidar la próstata », insisten. En este sentido, Policlínica Gipuzkoa llevó a cabo recientemente una campaña en la que realizaron pruebas gratuiras de PSA, que se emplean para detectar problemas en la próstata. En total 360 personas se acercaron hasta algún punto de extracción: 226 en Policlínica Gipuzkoa, 64 en el Cuarto de Socorro, 23 en Tolosa, 18 en Zarautz , 17 en Eibar y 12 en Irun. Con este tipo de campañas se quiere recordar «la importancia de los estudios urológicos de próstata, especialmente en los varones de más de 50 años».