Las inyecciones contra la disfunción eréctil son seguras y de una facilidad exquisita

Los doctores Ion Madina y Javier Azparren abordaron ayer diversos problemas de urología en una nueva edición del Aula de Salud de Policlínica Gipuzkoa, celebrada en la Sala Kutxa de la calle Andía, abarrotada debido a que la presencia de estos dos doctores despertó un gran interés.

Fieles a la habitual estructura de estas Aulas de Salud, primero se realizaron dos breves exposiciones sobre la materia. El doctor Ion Madina se encargó de hablar sobre la próstata y sus dolencias, tanto en el caso de su agrandamiento benigno como en el del cáncer. Javier Azparren, por su parte, habló de la disfunción eréctil, sus causas y sus posibles remedios.

Pero tan interesante como la primera parte del Aula fue la segunda, cuando los asistentes expusieron sus inquietudes. Algunas de ellas eran conocidas por los propios doctores, ya que se trataban de pacientes a los que están acostumbrados a ver en su consulta, pero también escucharon atentamente experiencias desconocidas.

Por ejemplo, hubo un asistente que dijo haber colaborado con curanderas y recomendó la miel de brezo, el té marroquí, el ajo crudo o las pipas como alimentos para prevenir el cáncer de próstata.

Las ventajas del láser

Otro asistente cuestionó a los médicos acerca de la relación entre las operaciones de próstata y la pérdida de erecciones. Según esta persona, un 70% de los pacientes intervenidos en la próstata pierden la capacidad de experimentar erecciones. El doctor Madina explicó que se debe a «técnicas de cirugía abierta que dañan el nervio y, consecuentemente, impiden las erecciones. Cuando se opera con láser, ese riesgo no existe ya que no se penetra tanto».

Precisamente, y en relación con la dificultad para alcanzar la erección, un asistente pidió al doctor Azparren que explicase con mayor detenimiento la técnica de infiltración. «Son inyecciones en la base del pene con una aguja de fino calibre y con un producto que provoca una erección inmediata«, expuso el urólogo.

«Es muy común, y cada semana tenemos dos o tres pacientes que se interesan por esta técnica. Su coste es bajo y además lo cubre Osakidetza. Es un producto seguro y de una facilidad exquisita«.

Los especialistas también tranquilizaron en muchos casos a los asistentes, haciéndoles ver que sus problemas son muy comunes. Por ejemplo, hubo un señor que describió sus dificultades para aguantar las ganas de miccionar, además de contar que son muchas las veces que tiene que ir al cuarto de baño a orinar. Su extrañeza se debía a sus correctos niveles de PSA. «Usted acaba de describir el típico caso de agrandamiento benigno de la próstata y, quizás, lo único que necesite sea cambiar su tratamiento«, le respondió Ion Madina.

El coloquio se alargó hasta pasadas las nueve de la noche y los doctores en todo momento demostraron una elogiable predisposición a tratar de manera particular a los allí congregados.