Los doctores Ion Madina y Javier Azparren, de la Policlínica Gipuzkoa, de San Sebastián, explicarán el próximo viernes en Logroño (Salón Ibercaja, 20 horas) las novedades en el tratamiento del cáncer de próstata. Los prestigiosos urólogos han apostado por incorporar el robot quirúrgico Da Vinci como la mejor solución en cirugía de esta patología.
Cuando se detecta en su fase temprana, el cáncer de próstata es extirpado mediante intervención quirúrgica. Tradicionalmente este tipo de cirugía se ha realizado de forma abierta como por vía laparoscópica. Sin embargo, el nuevo robot Da Vinci ofrece grandes ventajas para la cirugía prostática porque elimina los riesgos de la cirugía abierta y supera las ventajas de la laparoscopia, a la luz de los resultados registrados desde el comienzo de su utilización en Estados Unidos en 2001.
Respecto a la cirugía abierta convencional, si bien la intervención dura más o menos el mismo tiempo -entre tres y cuatro horas-, la incisión para la cirugía es mínima, por lo que tanto el postoperatorio y los riesgos de infecciones como las molestias son mucho menores, al evitar las grandes cicatrices, el daño tisular y el sagrado consiguiente.
Y en cuanto a la cirugía laparoscópica, el robot aporta un gran ventaja: permite ver el campo que se está operando en tres dimensiones, al mismo tiempo que los brazos del robot permiten una espectacular maniobrabilidad y precisión en sus movimientos.
El 75% de los enfermos diagnosticados a tiempo puede ser intervenido con el ‘Da Vinci’. Las ventajas para ellos se traducen en una operación menos dolorosa, con menos pérdidas de sangre y menor riesgo de infección, que deja cicatrices más pequeñas y permite una recuperación más rápida.
Este tratamiento reduce notablemente los efectos secundarios habituales en esta cirugía, como la incontinencia urinaria o la impotencia sexual. A la mayoría de los pacientes se les da de alta dentro de las 72 horas, el catéter se les retira entre 4 o 7 días después, en la semana posterior se recupera la continencia y en una o dos semanas los pacientes pueden volver a sus actividades.
FUENTE: El Correo